15 octubre 2008

Transplante de córnea

Los lentes del ojo son la córnea y el cristalino. Estos lentes deberán tener el tamaño y curvatura correctos para enfocar adecuadamente, pero también deben ser totalmente transparentes para que la luz los atraviese sin dificultad. Cualquier opacidad o pérdida de transparencia de estos lentes provocará una imagen defectuosa. La falta de transparencia en la córnea se llama leucoma (leucos=blanco). Cuando la córnea pierde transparencia, el daño visual que ocasiona es parecido al de las cataratas, que es falta de transparencia en el cristalino.

Qué ocasiona un leucoma? En el papiro de Ebers (Egipto, 1500 a.C.) se menciona la opacificación de la córnea como un padecimiento frecuente y se recomienda la aplicación de bilis de tortuga mezclada con miel para su tratamiento. Con toda seguridad dicho tratamiento jamás logró su objetivo, por eso no se siguió usando.

La córnea puede opacificarse por muchas causas. La cicatrización producida por heridas, quemaduras, úlceras o infecciones severas, se traduce en la formación de tejido opaco, que si bien beneficia en la protección, es nocivo en cuanto a la función óptica.

En casos como el queratocono a la deformación sigue la presencia de leucomas centrales que dañan aún más la deteriorada visión del ojo. Cualquiera que sea la causa el resultado es el mismo: pérdida de transparencia corneal con la consiguiente pérdida de la visión.

Como la pérdida de transparencia en la córnea no puede ser solucionada con recursos ópticos ni medicamentos, la única solución viable es el reemplazo del tejido dañado. A esto se le llama transplante de córnea. En el transplante se utiliza tejido corneal de otro ser vivo, humano o no, o puede usarse una prótesis de material semejante

Los transplantes de córnea se intentaron desde el siglo XVIII, sin éxito. En el siglo XIX se lograron avances importantes gracias al invento del trépano, que es un cuchillo circular que facilitó la operación.

A partir de 1930 se utilizan con éxito córneas de cadáveres humanos. Y en la actualidad los transplantes se administran mediante los bancos de ojos que preparan las córneas de donadores altruistas que las ceden al momento de su muerte. Una de las complicaciones más temidas es el rechazo.

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