06 enero 2010

Lente de contacto para gráficos virtuales

Un lente de contacto que recolecta las ondas de radio para alimentar un LED está haciendo posible el camino hacia un nuevo tipo de pantallas. El lente es un prototipo de un aparato que podría proyectar información transmitida desde un dispositivo móvil.

Consciente de que el tamaño de la pantalla es cada vez más una limitación en los dispositivos móviles, Babak Parvitz de la Universidad de Washington, se encontró con la idea de proyectar imágenes directamente dentro del ojo desde un lente de contacto.

Una de las limitaciones de la actual pantalla en la cabeza es su limitado campo de visión. La pantalla de lentes de contacto puede tener un campo de visión mucho más amplio. “Nuestro deseo es crear imágenes que efectivamente floten frente al usuario a 50 cm o 1 metro de ditancia”, dice Parvitz.

Su investigación comprende la inclusión de aparatos electrónicos de nanoescala y microescala en sustratos como papel o plástico. También usa lentes de contacto. “Es cuestión de ponerlos juntos”, dice.

Adaptar un lente de contacto con circuitos es un reto. El polímero puede no resistir las temperaturas o químicos usados en la microfabricación a gran escala, explica Parvitz. Así, algunos componentes —el circuito recolector y el diodo micro emisor de luz&mdash tienen que ser fabricados por separado, envueltos en un material biocompatible y luego insertados en las hendidutas talladas en el lente.

Dice Parvitz que las futuras versiones serán capaces de recibir energía desde el teléfono celular del usuario, además de que tendrán más pixeles y un arreglo de microlentes para enfocar la imagen como si apareciera suspendida frente a los ojos del usuario.

A pesar del limitado espacio disponible, cada componente puede ser integrado dentro del lente sin interferir con la vista del usuario. Las clases de imágenes que pueden ser vistas son innumerables, por ejemplo los subtítulos cuando se conversa con un hablante extranjero o las direcciones en un lugar desconocido.

Mark Billinghurst, del Human Interface Technology Laboratory en Nueva Zelanda está impresionado con el trabajo que puede brindar una experiencia de realidad aumentada, aún cuando podrían pasar años antes de que el lente esté disponible comercialmente.

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