01 febrero 2012

Evolución del ojo

Cuando los escépticos de la evolución quieren atacar la teoría de Darwin, con frecuencia apuntan al ojo humano. ¿Cómo puede algo tan complejo, argumentan, haberse desarrollado a través de mutaciones aleatorias y selección natural incluso durante millones de años.

Si la evolución ocurre a través de gradaciones, dicen los críticos, ¿como podría haber creado las partes separadas del ojo - el cristalino, la retina, la pupila- dado que ninguna de esas estructuras por sí mismas hacen posible la visión? En otras palabras, ¿de qué sirve un cinco por ciento de un ojo?

Darwin reconoció desde el principio que el ojo sería un caso difícil de explicar mediante su nueva teoría. Difícil, pero no imposible. Los científicos han llegado a escenarios a través de los cuales la primera estructura parecida a un ojo, una mancha pigmentada en la piel, sensible a la luz, podría haber ido cambiando y volviéndose más complejo hasta formar el ojo humano, con todas sus partes y habilidades asombrosas.

A través de la selección natural, los diferentes tipos de ojos han surgido en la historia evolutiva –y el ojo humano incluso no es le mejor, desde algunos puntos de vista. Debido a que los vasos sanguíneos corren a través de la superficie de la retina en lugar de hacerlo por debajo de ella, es fácil para los vasos proliferar o romperse impidiendo la visión.

Los biólogos usan el rango de estructuras fotosensibles menos complejas que existen en las especies vivas actuales para basar sus hipótesis acerca de los diferentes estados evolutivos a través de los cuales han transitado los ojos.

He aquí cómo algunos científicos piensan que algunos ojos pudieron haber evolucionado: la simple mancha, sensible a la luz, de algunas criaturas ancestrales les dieron alguna pequeña ventaja de supervivencia, quizás permitíendoles evadir un depredador. Cambios aleatorios crearon entonces una depresión en el parche foto-sensible, la profundización de un pozo que hizo la “visión” un poco más aguda. Al mismo tiempo la abertura del pozo gradualmente se fué haciendo más angosta, hasta que la luz entraba a través de una pequeña abertura, como el agujero de una cámara.

Cada cambio ha de conferir una ventaja de supervivencia, sin importar qué tan leve sea. Eventualemente, la mancha foto-sensible evolucionó en una retina, la capa de células y pigmentos en el fondo del ojo humano. Con el tiempo se formó un lente en la parte de enfrente del ojo. Éste pudo haber surgido como una doble capa de tejido transparente conteniendo una cantidad creciente de líquido que le dió la curvatura convexa que tiene en el ojo humano.

De hecho, los ojos correspondientes a cada etapa en esta secuencia han sido encontrados en especies vivas existentes. La existencia de este rango de estructuras sensibles a la luz menos complejas apoyan la hipótesis científica acerca de cómo pudieron evolucionar los ojos tan complejos como los nuestros. Los primeros animales con algo parecido a un ojo vivieron hace alrededor de 550 millones de años. De acuerdo a los cálculos científicos, pudieron haberse necesitado solo 364,000 años para que un ojo parecido a una cámara evolucionara desde una mancha sensible a la luz.

Referencia